Viajeras intrépidas y aventurerasnos aporta una lectura deliciosa y el reconocimientohistórico a muchas mujeres olvidadas que, con su imaginación y coraje, hicieron posible el milagro de laaventura en un mundo de hombres. Mujeres intrépidas y aventureras han existido desde los tiempos más remotos, aunque la inmensa mayoría han sido silenciadas y olvidadas por una historia escrita por loshombres. Cuando miramos hacia atrás resulta difícilencontrar testimonios de mujeres viajeras anterioresa los siglos XVII y XIX, época de las grandes expediciones. Pero ¿cuándo empezaron a viajar las mujeres? ¿Cómo y por qué viajaban? Sabemos que muchas mujeres,incluso amas de casa llevadas por la curiosidad, hartas de su papel social, se lanzaron a la aventura de viajar allá donde los mapas estaban en blanco y, en ocasiones, mucho antes que los grandes viajeros, aunqueni una triste placa recuerde sus hazañas. A lo largo de las páginas conoceremos a estas auténticaspioneras: monjas de armas tomar, piratas, conquistadoras, ladies viajeras o las olvidadas esposas de losfamosos exploradores que contribuyeron al éxito de sus expediciones... Damas victorianas que viajan a la selva africana o a los desiertos de Arabia vestidas con apretados corsés, enaguas, botines y sombrillas. Que no renuncian a algunos caprichos: May Sheldon viajaen un enorme palanquín de mimbre y con su inseparable bañera de zinc, Gertrude Bell cena en el desierto con su vajilla de porcelana, cristalería y cuberteríade plata... Y así, sin importarles el riesgo,se enfrentan a caníbales, fieras salvajes y una naturaleza hostil. Algunas se visten de hombre para pasarinadvertidas, aprenden a manejar el fusil, montan a caballo como expertas amazonas o escalan montañas paramantenerse en forma. Cristina Morató nos cuenta la apasionante vida de muchas de estas mujeres, desde Egeria, la primera viajera, a las misioneras delTíbet, las mujeres pirata, la primera Almiranta, lasdamas del desierto, las pioneras de la aviación... Aventureras que han pasado ya a la historia como Mary Kingsley, Isabelle Eberhardt o Alexandra David-Néel. Reseña:«Un relato limpio, rápido, develoz y atenta mirada, sin adornos innecesarios.»Viajar
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