LA CASA DE BERNARDA ALBA fue la última obra de teatro que Lorca dejó terminada, pero no llegaría a verla representada. El poeta, además, nunca comentó nada sobre ella, por lo que se presenta como una de sus piezas más enigmáticas. Su lectura ha estado sesgada por interpretaciones de corte político que diluyen lo que en Lorca no es más que un mero marco y postergan el problema de la condición humana, esencial en el poeta. Joaquín Forradellas analiza en esta edición los fundamentos de dichas interpretaciones y defiende la proyección atemporal de LA CASA por su valor estético y subraya la intención documental y realista de la obra. Protagonizada por personas corrientes que salen del pueblo, negando la heroicidad, LA CASA DE BERNARDA ALBA representa el dolor cotidiano, familiar, hasta sus últimas consecuencias. Lorca optó por un teatro representable, con un argumento asequible y, por ello, absolutamente crítico y eficaz al enfrentar al público con su propia máscara. Y lo hizo, además, con una expresión bella y precisa, poesía puramente dramática, apoyado en palabras inquietantes que «trastornan el reposo» del espectador.
¿A quién va dirigido el libro ?
La casa de Bernarda Alba es una obra que puede ser disfrutada por un público amplio, pero se recomienda especialmente a aquellos interesados en el teatro clásico español, la literatura del siglo XX, y los estudios de género. Su complejidad temática lo hace adecuado para lectores con un nivel de comprensión lectora medio-alto, así como para estudiantes de literatura y amantes del análisis literario. La obra también puede resultar atractiva para personas interesadas en la historia y la sociedad española de principios del siglo XX, ya que ofrece una visión crítica de la época.
Temas que trata el libro
La casa de Bernarda Alba explora una multiplicidad de temas interconectados, presentando una visión compleja de la sociedad española de principios del siglo XX. Entre los temas más relevantes se encuentran:
La opresión de la mujer: La obra muestra la situación de las mujeres en una sociedad patriarcal, donde su libertad y autonomía están severamente restringidas por las normas sociales y la autoridad masculina. La figura de Bernarda Alba representa la encarnación de esta opresión, imponiendo un férreo control sobre sus hijas. La frustración y la rebeldía de las hijas ante estas restricciones son un elemento central de la trama.
El poder y la autoridad: El poder de Bernarda Alba sobre su familia es absoluto y despiadado. La obra analiza las dinámicas de poder dentro de la familia y cómo este poder se ejerce de manera opresiva. La represión y el control se convierten en instrumentos para mantener el orden establecido.
La represión sexual: La estricta moralidad impuesta por Bernarda Alba limita la expresión sexual de sus hijas. El deseo reprimido y la frustración sexual se convierten en fuentes de conflicto y tragedia. La imposibilidad de las mujeres de controlar sus propias vidas y deseos sexuales es un tema recurrente y doloroso.
La hipocresía social: La obra critica la hipocresía de la sociedad rural española, donde las apariencias y la reputación social son más importantes que la verdad y la autenticidad. Las convenciones sociales y las normas morales se utilizan como instrumentos de control y manipulación.
La muerte y el luto: El luto impuesto por Bernarda Alba tras la muerte de su segundo marido no es solo un periodo de duelo, sino una metáfora de la represión y la asfixia que sufren las mujeres. La muerte física se entrelaza con la muerte metafórica de los sueños y las aspiraciones de las hijas.
La religión y el fanatismo: La religiosidad de la sociedad se presenta como un elemento más de control y opresión. La fe ciega y el fanatismo religioso se utilizan para justificar la represión y la imposición de normas morales restrictivas.
Resumen de críticas, opiniones y valoraciones del libro
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