El origami para niños y niñas está ganando adeptos como herramienta para el aprendizaje o como simple entretenimiento. Estas elaboradas creaciones de papel son un reto para la creatividad y el pensamiento abstracto, y permiten, tanto a los más pequeños como a los adultos, trabajar diferentes habilidades de una forma divertida. ¿Sabes cómo se crean estas figuras? Hoy te contamos todo lo que debes saber sobre los origami.

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El origami, también conocido como papiroflexia, es una técnica que consiste en crear figuras utilizando papel. De hecho, la palabra origami se traduce literalmente como “doblar papel”. Si bien se considera una técnica japonesa, lo cierto es que sus orígenes se encuentran en China, que además de inventar el papel, creó este arte allá por el siglo I o II d.C.

No obstante, llegaría a Japón en el s.VI d.C. y rápidamente se incorporaría a su tradición. Durante el período Heian, que abarcó del 794 hasta el 1185, el origami formaba parte de las celebraciones de la nobleza. Al tratarse de un artículo de lujo, solo esta podía permitirse adquirirlo. Pero con su abaratamiento, se convirtió en accesible para las demás clases sociales. 

Con el paso de los años cruzaría fronteras hasta llegar a nosotros, y hoy, es una forma de entretenimiento al alcance de todos y que fascina tanto a los adultos como a niños y niñas. Y aunque a cualquier edad se puede disfrutar de los beneficios con los que cuenta más allá de la mera diversión, son estos últimos quienes más pueden obtener de este arte. 

Para quien aún no tenga claro qué son los origamis, basta con hacer memoria y recordar las clásicas pajaritas de papel que casi cualquier persona hizo durante la infancia. Quizás de aquella época nos queda solo la satisfacción y el orgullo al conseguir crearlas. Sin embargo, el origami para niños y niñas tiene multitud de beneficios más allá de reforzar la autoestima. 

Como cualquier otra tarea que implique la precisión manual, la papiroflexia desarrolla la motricidad y la coordinación entre la corteza cerebral, los ojos y las manos, así como la atención y la concentración. 

Por otra parte, el origami potencia la imaginación y la inteligencia espacial, pero también la memoria; no solo hay que imaginar cómo podrían ir los pliegues, sino recordar los que ya se han hecho mientras se experimenta. Además, potencia la constancia, la paciencia y la tolerancia a la frustración. 

Y por supuesto, los origamis son una forma perfecta de entretenimiento. Por un lado, los más peques de la familia lo pasarán en grande, y por otro lado, ésta es una forma ideal de compartir tiempo en familia y mejorar el vínculo entre padres e hijos. Todo un pasatiempo con múltiples beneficios. 

La finalidad del origami es doblar un papel de diversas maneras para lograr figuras con formas variadas, que acostumbran a ser flores o animales. Algunas requieren tal proceso de elaboración y nivel de ingenio que cualifican para convertirse en pequeñas esculturas. 

Pero, ¿qué materiales para origami son los que se necesitan en este arte? Ya sabemos que el papel es el principal protagonista y que debe acompañarse sí o sí de nuestras manos. Si ya tienes estos dos elementos, ¡solo falta echarle imaginación o hacerse con un libro de técnicas!

Estos son los dos elementos imprescindibles para cualquier creación, pero a medida que avanza la complejidad de la figura, pueden incorporarse otros materiales que no solo facilitarán el diseño, sino que lograrán que este sea más preciso. 

Dichos elementos son un lápiz y una goma, una regla, un cúter, un punzón con la punta redonda, perforadoras, cinta de doble cara y silicona caliente. Aquí nos toca hacer un apunte, y es que en el auténtico origami para niños y adultos no se utilizan ni tijeras ni pegamento, ya que están totalmente prohibidos. Solo se acepta una hoja de papel. Pero si quieres afianzar el resultado o ampliar las posibilidades de tus diseños, estas dos herramientas resultan de gran utilidad. 

Nos vamos acercando a la parte práctica del origami para niños y niñas; antes, debes saber que existen diferentes tipos. Puesto que hemos dicho que las figuras más frecuentes son los animales y las flores, es probable que estés pensando que se agrupan según su temática. ¡No es así!

Hay cinco tipos distintos de origami y se basan en la metodología que se sigue para su construcción. De esta manera, se distingue entre:

Acción

El origami de acción es aquel en el que la movilidad es una parte destacada de la figura que se crea. Son muy vistosos, y uno de los ejemplos más conocidos es el de la rana saltarina. Cuando se ha finalizado el diseño, si se presiona en la parte inferior de lo que sería su lomo, la figura salta. Otro de ellos también sería el clásico “Comecocos”.

Modular

Como su nombre deja entrever, en el origami modular se unen diferentes módulos que son idénticos entre sí para crear la figura. Así se crean diseños extremadamente elaborados. En la papiroflexia china existen diseños de este tipo que forman parte del estilo origami 3D. Guarda una gran similitud con el kusudama, que procede de la misma manera, pero con el uso de hilos o pegamento. 

Pureland

El estilo pureland es otro de los más complejos y consiste en utilizar únicamente un pliegue a la vez y con una localización directa, sin que puedan aplicarse los de mayor dificultad, como es el caso de los invertidos. La finalidad de este tipo, desarrollado en los 70 por John Smith, es la de facilitar la creación de figuras a personas sin experiencia o con limitaciones en sus habilidades motoras. Sin embargo, hay quienes encuentran estas restricciones como un reto en la creación de figuras. 

Teselado

Las figuras que se crean con esta técnica son planas, como si se tratara de un cuadro. Se obtiene un patrón con aquellas que cubre una superficie sin que haya huecos o sin que se superpongan. Aunque aquí se hacen con papel, también se han encontrado en las telas de la ropa de los egipcios. 

Plegado húmedo

En esta técnica, las figuras no siguen pliegues geométricos, sino que siguen curvas suaves. Para lograr este efecto se humedece el papel, dado que así se puede moldear con mayor facilidad y conserva la forma elegida tras secarse. El resultado son figuras más realistas, con cierta similitud a las esculturas.

Con los diferentes estilos explicados, llegamos a lo más interesante, que es cómo se hacen los origamis. Aunque cada figura tiene su propio diseño, existen plegados básicos que son comunes y que constituyen la base necesaria para empezar a crear. 

El plegado valle consiste en unir las puntas de una hoja de papel; esto es dividir una hoja a la mitad con la parte unida por abajo. El plegado montaña sería igual, pero dándole la vuelta a la hoja. Este es solo el comienzo, ya que a medida que se avanza en la figura los pliegues se multiplican. 

Resulta imposible describir con tips para hacer origami la creación de una figura de este tipo. Por eso, nuestros consejos para iniciarse en este arte son dos. El primero es buscar vídeos en la red que te sirvan de referencia a la hora de desarrollar los primeros diseños, y crear en base a una idea definida que pueda servirte de ejemplo tanto a ti como a los niños y niñas de la casa. El segundo es hacerse con juegos o kits que ya traigan todo lo necesario para las creaciones. 

En Abacus disponemos de kits y materiales de origami para niños y niñas adaptadas a todos los niveles. Desde figuras sencillas para aquellos de muy corta edad hasta otras de mayor complejidad de tipo modular, como dragones, búhos o dinosaurios. ¡Siembra en tu familia la semilla de la creatividad y deja que florezca en forma de origami!

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