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El régimen parlamentario español sufre una crisis de legitimidad porque, debido a una ley electoral muy alejada del principio democrático de una persona un voto, la investidura de Pedro Sánchez como presidente ha dependido de los 7 votos separatistas de Junts, que han tenido al país en vilo hasta conocerse su decisión final. Con anterioridad los separatistas de ERC y los herederos políticos de ETA ya habían anunciado que apoyarían esa investidura. El presidente español es investido por quienes no creen que España sea un país que haya que mantener unido.En lugar de centrarse el líder socialista en resolver los muchos problemas cotidianos de sus ciudadanos, vuelve su mirada a una Guerra Civil que terminó hace más de 80 años, levantando los cadáveres de Francisco Franco y de José Antonio Primo de Rivera y haciéndose fotos con restos humanos exhumados del conocido como Valle de los Caídos, y llamado ahora Cuelgamuros.Aunque cada vez son más los investigadores que se alejan de esa idea idealizada de la II República (una de las últimas la hispanista sueca Inger Enkvist), la Ley de Memoria Democrática sigue mostrando ese periodo como ejemplo de democracia, naturalmente sólo en los años gobernados por la izquierda.Manuel Reina recuerda que en agosto de 1936 fuerzas de izquierda asesinaron a José Gálvez Suárez —su bisabuelo— y a sus cuatro hijos. El delito que cometieron: ser católicos, tener un cortijo en propiedad y ser solidarios con los terratenientes de su entorno, a los que ayudaron a ordeñar sus cabras y vacas en las huelgas convocadas por los jornaleros del campo. Pero es que en aquella época —como ahora— comenzaron a llamar fascistas a todo aquel que no estuviese de acuerdo con la izquierda.Reina recuerda la masacre cometida por los ‘nacionales’ en la carretera de Almería —conocida como ‘La Desbandá’— y de las represalias del franquismo, pero también se refiere a un episodio anterior: las 3.400 personas ejecutadas sin juicio previo por las fuerzas de izquierda en Málaga.El periodista malagueño termina su relato analizando la llegada de la democracia a España, su desarrollo y el chantaje que los separatistas vascos y catalanes hacen a los gobiernos centrales. Sánchez prometió «traer de vuelta» a Carles Puigdemont para que «rindiese cuentas ante la justicia», pero lo cierto es que es Pedro Sánchez el único preso. Preso por sólo 7 votos decisivos con los que Junts per Catalunya le invistió presidente de España.
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