3 Libros encontrados
Serrano, José Luis
Quería empezar contando la historia de Andros desde aquí porque ha sido uno de esos veranos perfectos paraforjar recuerdos, como los que uno tiene de la infancia. Porque los días han transcurrido lentos y durante casi un mes el tiempo (y esto es raro en el norte)ha sido delicadamente cálido, azul y brillante. Porque hemos paseado y hecho deporte, comido helados y visitado iglesias y ruinas. Hemos tomado café y cervezasen terrazas y vino con gaseosa con el menú. Hemos ido a la playa mil veces y nos hemos bañado, dado largos y lentos paseos por la arena, echado la siesta y caminado entre los caseríos de Urdaibai, bordeado las marismas, subido a los montes. También alguna vez hemos corrido bajo la lluvia, pero ha sido escasa y casideseada, un regalo del cielo en los días cargados decalor y humedad. He querido empezar así porque tengola secreta esperanza de que, cuando se forjan nuevosrecuerdos, los más antiguos se borran o pesan menos.Y me gustaría que en el caso de Andros ese peso del recuerdo (la llegada a España desde Transilvania, el viaje a Lisboa, la huida, la expulsión, los desencantos) se fuera atenuando con los miles de cosas que hemos hecho este verano. Y que, mientras me cuenta sus historias de otros veranos no tan bellos para que yo las escriba aquí, le dejen de pesar. Como nadie le ha conocido como yo, creo que le gustará que empiece poraquí, que ya habrá tiempo de volver atrás.
Has añadido la cantidad máxima disponible.
Serrano, José Luis
«Aquel verano vi mi primer muerto, morado, hinchado, guapo aún, con los rizos revueltos. Ahogado en la laguna, aunque quizás estaba ya muerto cuando se puso de pie. Muerto antes que ahogado, esto decían los del pueblo. Yo lo sigo viendo muchas noches, hermoso, amoratado y frío. Fosforescente. Por las algas, supongo. Con el pelo apelmazado por los coágulos de sangre ya medio seca. Tumbado boca arriba con los brazos extendidos. La boca semiabierta y los ojos cerrados. Rígido como los álamos en invierno.
Agotado ahora
Has añadido la cantidad máxima disponible.
Serrano, José Luis
La prosa de José Luis Serrano es pura poesía... su poesía es puro desahogo.Desde la plataforma petrolífera se ve la sinuosa línea de la costa que se pierde entre nubes y bruma. Escucho el helicóptero, que se aleja de nuevo, trayendo y llevando a alguien, a alguno de los obreros que va o viene.Tim, Rubén, Adam, algún chico sin nombre, Edorta, Iñaki, David, Juanjo, Iker…Iker es hermoso como es hermoso el horizonte en la galerna. Mirando hacia la costa se vislumbran las luces del atasco hacia el aeropuerto.
Agotado ahora
Has añadido la cantidad máxima disponible.