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Este es el libro de cocina más divertido y sorprendente que vas a leer en mucho tiempo. Tres amigos, un cocinero y dos escritores de gastronomía, a cada cual más insensato, se enfrascan en la comprobación de una teoría loca: puedes cocinar simplemente mezclando ingredientes del mismo color y, si el plato resultante mantiene ese color original (rojo, amarillo), estará rico indiscutiblemente.Químicamente, la teoría es imposible, pero al hacer las pruebas… ¡funciona! ¿Por qué? Pues porque detrás de la cocina, del color y del sabor se encuentran sucesivas mentiras, que estos tres aventureros van desvelando conforme avanzan en su exploración cromática y también en su amistad. Porque, al final, cocinar se reduce a compartir el alimento y, con él, lo mejor de la vida: la risa. Bienvenido a La cocina de los colores, que, seguro, cambiará tu concepción de la comida.Un cocinero, un periodista gastronómico y un ingeniero informático podría ser el comienzo de un chiste de Eugenio, pero no, son los autores de este librazo que tienes entre las manos. Cada uno desde su faceta trabaja por dignificar y dar a conocer la cocina, sobre todo, la asturiana.El cocinero Borja Alcázar, desde su restaurante Abrelatas, lleva años enseñando el camino exacto entre innovación y tradición, siendo uno de los referentes de la gastronomía asturiana.David Remartínez vino para reescribir la gastronomía y alejarla de postureos. A través de una prosa que da de bruces con la realidad, y también de la sátira y de la riqueza lingüística, revolucionó el mundillo con La puta gastronomía, aunque ya venía de hacerlo con la política al publicar El Gabinismo contado a nuestros hijos, o el capitalismo con Culo veo, culo quiero.David Castañón creó hace 18 años Les Fartures, un portal gastronómico que da a conocer la gastronomía asturiana desde mucho antes de que el mundo se llenara de colaboraciones pagadas con influencers. Publicó Les Fartures, onde comer bien n’Asturies, en versión en asturianu y castellano, la primera guía gastronómica en lengua asturiana. Y Les Farturrutes, caleyar y comer n’Asturies.
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