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Lizarraga Vizcarra, Isabel
Cuando Ariadna Fresneda oyó hablar confusamente de María Lejárraga a su profesor de Literatura en la Universidad, sintió un irrefrenable impulso de seguir las huellas de aquella figura singular del Modernismo español. ¿Quién era en realidad esa mujer, maestra, novelista, dramaturga, feminista, diputada socialista, exiliada... que había sepultado su nombre bajo la firma de Gregorio Martínez Sierra? ¿Qué oculto secreto la había incitado a ello? ¿En qué se cifraba la colaboración literaria con quien fuera su marido? ¿Cómo explicar la contradicción de su protagonismo público con el silencio sobre su autoría? Preguntas y más preguntas sin respuesta. La joven licenciada en Filología, convencida de que ha recibido el mandato de descifrar el enigma de esta mujer excepcional, emprende un deslumbrante viaje literario, desde las primeras obras de María hasta sus últimos años en Buenos Aires. A través de una visión compleja y caleidoscópica, matizada por múltiples puntos de vista narrativos, lleva al lector a descifrar su verdad y da cuerpo a la novela de una vida formidable que su protagonista nunca se atrevió a escribir.
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Lizarraga Vizcarra, Isabel
Josefina Blanco, la actriz que fue niña prodigio, se retiró de las tablas después de casarse con Valle-Inclán, ya que lo más importante de su existencia era la obra de su marido. Años más tarde, representada por la abogada Clara Campoamor, incoaba una demanda de separación matrimonial: «Entregué mis ilusiones a cambio de su prestigio y, que yo sepa, ¡aún no me lo ha pagado!». ¿Cómo fue la relación entre el escritor y la actriz? ¿Qué ocasionó el despecho de Josefina? Durante un tiempo, ella había compartido los sueños de su marido e incluso imaginó que eran los fundadores de una saga en un pazo, como en las novelas que él escribía. Valle-Inclán proclamaba que un matrimonio perfecto era «aquel en que la mujer acepta íntegramente la interpretación del marido para toda cuestión política y literaria». En 1932, cuando Josefina decidió separarse, advirtió que, al principio, había compartido su vida con un hombre, después con un genio y, finalmente, con una máscara. «He vivido la vida de otros. Me ocupé de los demás para olvidarme de mí misma, pero los genios no están obligados a tener gratitud». Josefina Blanco La novela que recrea la relación sentimental entre Valle-Inclán y Josefina: de la sumisión a la rebeldía. Isabel Lizarraga Vizcarra es licenciada en Filología Hispánica y en Derecho. En colaboración con Juan Aguilera Sastre, ha reeditado numerosos textos de María Lejárraga, entre otros: Viajes de una gota de agua (Espuela de Plata, 2018) y Cartas a las mujeres de España (Renacimiento, 2022), y de Clara Campoamor: La forja de una feminista (Renacimiento, 2019), Del Foro al Parlamento (Renacimiento, 2021) y Clara Campoamor, de viva voz (Renacimiento, 2021). En el terreno de la ficción ha publicado las novelas Escrito está en mi alma (2009), La canción de mi añoranza. Isabel Oyarzábal, embajadora de la República (2013), La tierra era esto (2014), La escuela de la vida (2017), Pájaros de cuenta (2019), ¡Que venga «la Julia»! Julia Álvarez Resano, la navarra que enardeció multitudes (2020), Los casos de Clara Campoamor (2022) y, en Espuela de Plata, Luz ajena. El enigma de María Lejárraga (2020) y Cándida (2022). Josefina Blanco Tejerina (León, 1878-Pontevedra, 1957) fue una actriz admirada que trabajó con las compañías teatrales más famosas de su época, desde sus comienzos con Emilio Mario hasta su consagración con María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza. En 1907 contrajo matrimonio con Ramón del Valle-Inclán, quien propició su abandono de las tablas. Mientras la estela de Josefina languidecía, triunfó el genio de Valle-Inclán. Veinticinco años más tarde, Josefina consiguió la separación al amparo de la Ley de Divorcio de 1932. Tras la muerte de Valle-Inclán en enero de 1936, se hizo cargo del legado de su marido y batalló por la publicación de sus obras en un ambiente hostil.
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