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Moyano Ortega, Manuel
Polvo en los zapatos apareció publicado por entregas durante dos años en el periódico La Opinión. Paseos en bicicleta. Viajes por tres continentes. Visitas al jardín de Bomarzo, a Auswichtz, a la casa de Pla en Barcelona, a un festival erótico o a la comarca del Matarraña. Encuentros con Manuel Vicent, Michel Houellebecq o Ray Loriga. La muerte del padre. Lecturas, películas. Inundaciones. El peso de la Historia. Un concierto de Bob Dylan. Experimentos literarios al estilo Perec. Una tarde de copas con Ángel Montiel, el hombre que lo embarcó en este diario. Lo excepcional y lo cotidiano conviven en el crisol donde se fraguan nuestras vidas.
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Moyano Ortega, Manuel
Si eres de los que disfrutan adentrándose en una isla perdida donde todos sus habitantes son niños, te gustaría conocer al gigante que fabrica los arcoíris, estás dispuesto a luchar contra una jauría de ratas mutantes o deseas resolver el misterio de la máquina para adelgazar, bienvenido, este es tu territorio.Rufus, Doris y el coronel Cornelius te llevarán a los lugares más increíbles que puedas imaginar porque, como buenos aventureros, su mundo no tiene más límites que los de su propia imaginación. Este libro es para aventureras intrépidas, pilotos en prácticas, inventores muy locos, investigadoras sagaces, viajeras arriesgadas, espeleólogos pero sobre todo, sobre todo, para lectores y lectoras deseosos de ser gente no corriente. ¿Te apuntas? Pues abre Aventuras del piloto Rufus y lee.
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Moyano Ortega, Manuel
Literatura infantil del finalista del premio Herralde. Moyano destaca por su fuerte potencia expresiva y crear en el lector la verosimilitud del propio relato.Esta historia me la contó el señor Ismael Marmitón muchos años después de que ocurriese, y reconozco que al principio me costó creerla. Cuando era niño, su amigo Nando, alias 'Cachalote', se refugió dentro del Árbol Hueco durante una tormenta. Decían que aquel viejo roble estaba encantado. Un rayo cayó entonces sobre él y, a partir de ese día, Nando sufrió efectos muy extraños... Y no fue el único.
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