10 Libros encontrados
Chesterton, Gilbert K.
Esta es la última biografía que escribió Chesterton y también una de las mejores, siendo todas excelentes. Chesterton escribió siempre desde un entusiasmo que no estaba reñido con un profundo conocimiento de lo tratado, pero sí con el tópico, con lo ya sabido. Por eso dedicó tantas páginas a clásicos como Shakespeare o a Dickens, que en sus manos parecen autores nuevos, iluminados por una desusada luz. Chesterton, es sabido, fue un enamorado de la Edad Media, un ideal y algo idealista defensor de las luces de la Edad Media, por eso escribió unas excelentes y muy personales biografías de San Francisco, de Chaucer y de Santo Tomás de Aquino. El Santo Tomás de Chesterton es un Santo Tomás un tanto combativo, en lucha siempre con la estupidez y la ignorancia de su tiempo, pero, de algún modo, también con la del nuestro, gracias a las muchas chispas que saltan entre el pensamiento de Santo Tomás y el de nuestro Chesterton, también él personalísimo filósofo. Todos los grandes escritores son nuestros contemporáneos, buena prueba de ello es que este libro aparecido hace 90 años puede aún ser una novedad para los lectores curiosos de 2024. A.L. El Santo Tomás Aquino de Chesterton, combativo y actual después de 90 años Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) es conocido, sobre todo, entre el gran público, por sus relatos policiales del padre Brown y por su novela El hombre que fue Jueves, pero el gran escritor inglés destacó en todos los géneros literarios, especialmente en el menos convencional y menos cerrado (tal como convenía a su peculiarísima personalidad humana y artística), el ensayo, lo que en su caso no es sino hablar de periodismo. Porque el siempre polémico y polemista Chesterton fue sobre todo, durante toda su vida, un periodista, es decir un hombre curioso y apasionado para quien no había asunto que no pudiera o no debiera ser tema de discusión («no hay cosas sin interés. Tan solo personas incapaces de interesarse» es una de sus frases o, lo que es casi lo mismo, de sus paradojas). En los catálogos de Ediciones Espuela de Plata y Renacimiento puede encontrarse una buena parte, además de una muy buena representación, de la obra de Chesterton. Entre ediciones de rescate, nuevas traducciones y libros inéditos en español, sumamos ya más de veinte títulos.
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Chesterton, Gilbert K.
G. K. Chesterton no necesita presentación en España. Narrador universal, el polemista hace tiempo que resulta difícil encontrarlo en librerías, mientras el poeta apenas está traducido entre nosotros. Sin embargo, su poesía es la puerta de entrada al resto de su obra. Cuando Chesterton necesita explicar su idea del mundo, recurre con frecuencia a sus propios versos y sus dos novelas más reconocidas se inician con sendos poemas introductorios. Chesterton es un poeta vitalista y activo, que canta a Dios, a la naturaleza y a los hombres con optimismo y jovialidad. Como señala Auden, todos sus poemas de amor son un hallazgo. La presente traducción da muestra de todas esas facetas líricas. Ha sido hecha por poetas españoles de muy diversa condición, edad y obra literaria. La poesía de Chesterton, que tiene algo de coral, ha sido interpretada por cada poeta procurando no desentonar del coro.
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Chesterton, Gilbert K.
Ningún escritor podría representar mejor que el gran G.K. Chesterton la figura de Papá Noel, por su descomunal volumen y su aire de ferocísima bondad. Pero no solo físicamente, también en lo intelectual y emotivo ha sido Chesterton el más decidido, gozoso e insistente paladín de la Navidad, a la que dedicó artículos y ensayos, cuentos y poemas e incluso una breve obra de teatro. Para disfrutar de esta navideña, exhaustiva y sorprendente recopilación, mucho más amplia que la editada en 1984 por Marie Smith y ahora por vez primera editada en España, no hace falta, en puridad, ser cristiano o especialmente religioso sino tan solo saber leer y formar parte de «la raza humana», esa misma a la que según el universalista y muy universal Chesterton pertenecía (y seguramente aún pertenece) la mayor parte de sus lectores.
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Chesterton, Gilbert K.
Lo más característico de G. K. Chesterton es su capacidad de hacernos ver de nuevo y con ojos asombrados lo que la costumbre nos había vuelto invisible. Es una agilidad suya –inesperada– de ponerse y ponernos a hacer el pino para descubrir el espectáculo del mundo colgando de los aires. Si pudo revolear la rutina de la vida ordinaria, también la del ordinario pensamiento, donde la rutina es mucho más revoleable. Este ensayo nos lo demuestra sin ambages, al menos a efectos retroactivos. Puede que en el momento en que Chesterton escribió estas páginas el divorcio estuviese en el centro del debate social, hoy es algo completamente asumido incluso por quienes lo rechazan en el plano íntimo de sus creencias personales. Estas páginas vienen, pues, a reponer el divorcio en el centro de la reflexión y de la confrontación, incluso, lo que resultará vivificante. El título no deja lugar a engaños: frente a lo establecido y respetable que hoy es el divorcio, tan legalizado y consuetudinario, Chesterton se arranca con la etiqueta de La superstición, nada menos. Sugiriendo que, accidentes aparte, el matrimonio es lo sagrado, lo real, lo claro, lo permanente. E. G-M.
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Chesterton, Gilbert K.
Uns arbres exotics portats de l’Àfrica creixen dins les terres de la família Vane a Cornualla. El seu aspecte fantasmagoric atemoreix els habitants de la regió, alhora que uns misteriosos personatges es reuneixen. Tot està a punt perque es desencadeni el que no se sap si es un relat policíac, una historia fantàstica, una disquisició filosofica o totes tres coses alhora. Amb el seu estil inconfusible, Chesterton mescla una historia de detectius amb una dicotomia moral de primer ordre, una guerra a tres bandes entre superstició, ciencia i sentit comú, i ho fa de forma enginyosa i divertida.
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Chesterton, Gilbert K.
Chesterton puede considerarse un autor clásico de la Edad Contemporánea. Sus obras no dejan de reeditarse precisamente porque todas ellas, ya sean ensayos, novelas, obras de teatro e incluso poemas, versan sobre algo que no pasa de moda y que para toda época es imprescindible, a saber, el enigma del ser humano y los problemas que a este le rodean. En el hombre que sabía vivir, Chesterton trata de combatir el falso pesimismo, el cinismo o si se quiere, la tibieza que hace que el ser humano no agradezca ese regalo, esa deuda infinita e impagable que es el don de la vida. Nuestro protagonista, Inocencio Smith, es un filósofo, pero un filósofo que sabe vivir, que vive al límite y que se echa sobre los hombros la tarea de despertar a sus amigos las ganas de vivir de una manera creativa, misteriosa y llena de aventuras, que hará reflexionar sobre su muerte en vida a todas las personas espiritualmente moribundas con las que se cruza en la novela. Rescatamos la excelente edición llevada a cabo por José María Souvirón durante su estancia en Chile en los años cuarenta. Ofrecemos también un prólogo de la especialista chestertoniana Mercedes Martínez Arranz. Una humorística y feroz novela crítica con la razón moderna, según la cual todo lo que no encaje dentro de parámetros racionales ha de ser desechado. Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) es conocido, sobre todo, entre el gran público, por sus relatos policiales del padre Brown y por su novela El hombre que fue Jueves, pero el gran escritor inglés destacó en todos los géneros literarios, especialmente en el menos convencional y menos cerrado (tal como convenía a su peculiarísima personalidad humana y artística), el ensayo, lo que en su caso no es sino hablar de periodismo. Porque el siempre polémico y polemista Chesterton fue sobre todo, durante toda su vida, un periodista, es decir un hombre curioso y apasionado para quien no había asunto que no pudiera o no debiera ser tema de discusión («no hay cosas sin interés. Tan solo personas incapaces de interesarse» es una de sus frases o, lo que es casi lo mismo, de sus paradojas). En los catálogos de Ediciones Espuela de Plata y Renacimiento puede encontrarse una buena parte, además de una muy buena representación, de la obra de Chesterton. Entre ediciones de rescate, nuevas traducciones y libros inéditos en español, sumamos ya más de veinte títulos. Mercedes Martínez Arranz (Madrid, 1976). Se doctoró en Filosofía por la UCM en 2022 con una tesis sobre G.K. Chesterton. Actualmente es profesora de Filosofía en la enseñanza secundaria en Madrid.
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Chesterton, Gilbert K.
Dickens y Shakespeare fueron siempre las dos grandes devociones de G. K. Chesterton. A diferencia de Dickens, al que dedicó al menos dos libros, sobre Shakespeare no alcanzó en vida a publicar ninguno, pero sí, en periódicos y revistas, un pequeña multitud de entretenidísimos y muy sugerentes artículos y ensayos que solo mucho después de su muerte, en 1971, alcanzaron a ser reunidos por Dorothy Collins. El siempre entusiasta Chesterton fue especialmente entusiástico con Shakespeare, al que entendió con la penetración y la cercanía del que, más que de su mismo tiempo, parece ser de su propia familia. Pese al aire casual, de la condición de no buscados, de la ausencia de toda pretensión totalizadora o académica, estos pequeños y apretados ensayos son de lo mejor, de lo más deslumbrante (como dice José María Álvarez en el prólogo) y, sobre todo, de lo más ameno que se ha escrito sobre la figura y la obra de William Shakespeare. La traducción de Aurora Rice es la primera en lengua española. A.L. Lo que va a leer reduce a cenizas montañas de pretenciosos textos académicos sobre Shakespeare, y abre, contra ese saber prescindible, las ventanas al aire fresco de la inteligencia y la libertad. Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) es conocido, sobre todo, entre el gran público, por sus relatos policiales del padre Brown y por su novela El hombre que fue Jueves, pero el gran escritor inglés destacó en todos los géneros literarios, especialmente en el menos convencional y menos cerrado (tal como convenía a su peculiarísima personalidad humana y artística), el ensayo, lo que en su caso no es sino hablar de periodismo. Porque el siempre polémico y polemista Chesterton fue sobre todo, durante toda su vida, un periodista, es decir un hombre curioso y apasionado para quien no había asunto que no pudiera o no debiera ser tema de discusión («no hay cosas sin interés. Tan solo personas incapaces de interesarse» es una de sus frases o, lo que es casi lo mismo, de sus paradojas). En los catálogos de Ediciones Espuela de Plata y Renacimiento puede encontrarse una buena parte, además de una muy buena representación, de la obra de Chesterton. Entre ediciones de rescate, nuevas traducciones y libros inéditos en español, sumamos ya más de veinte títulos.
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Chesterton, Gilbert K.
Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) ejemplifica como pocos la idea común y por tanto quizá descabellada del escritor como individuo genial. Hombre de genio y de talento incluso desmesurado, su obra la apreciación será de Borges «no encierra una sola página que no ofrezca una felicidad». [...] En 1908, cuando su autor contaba treinta y cuatro años, se publicó El hombre que fue Jueves (Pesadilla) [...] una novela acogida a los esquemas de las historias de policías y malhechores, pero acogida asimismo a una fórmula de fantasía que sólo mantiene en común con las tramas policiales sus signos externos: El hombre que fue Jueves es como señaló Reyes una novela de índole metafísica siempre que por metafísica no quiera entenderse un sufrido y sesudo argumento, pues si algo caracteriza a esta novela es su sentido trepidante de la acción: una acción, sí, metafísica, especulativa y en gran medida abstracta, pero acción indudable. Narración de ritmo preciso y vertiginoso, El hombre que fue Jueves constituye un ejemplo de relato como pieza de relojería: cada acción, cada página, cada detalle en sus justos tiempo y medida. [...] Hay que aprender a leer a Chesterton: ir reteniendo sus claves, sus trucos, su vertiginoso ritmo conceptual. De ese modo, su obra, de apariencia tan disparatada, se convierte en un perfecto silogismo, su exuberante imaginación, en un calculado juego de espejos, su sentido extravagante y mágico de la realidad, en una reveladora y matemática realidad. [] Porque Chesterton representa, desde luego, una vasta y fascinante literatura, pero también una idea muy particular, muy especial de la literatura. (Del prólogo de Felipe Benítez Reyes) Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) es conocido, sobre todo, entre el gran público, por sus relatos policiales del padre Brown y por su novela El hombre que fue Jueves, pero el gran escritor inglés destacó en todos los géneros literarios, especialmente en el menos convencional y menos cerrado (tal como convenía a su peculiarísima personalidad humana y artística), el ensayo, lo que en su caso no es sino hablar de periodismo. Porque el siempre polémico y polemista Chesterton fue sobre todo, durante toda su vida, un periodista, es decir un hombre curioso y apasionado para quien no había asunto que no pudiera o no debiera ser tema de discusión («no hay cosas sin interés. Tan solo personas incapaces de interesarse» es una de sus frases o, lo que es casi lo mismo, de sus paradojas). En los catálogos de Ediciones Espuela de Plata y Renacimiento puede encontrarse una buena parte, además de una muy buena representación, de la obra de Chesterton. Entre ediciones de rescate, nuevas traducciones y libros inéditos en español, sumamos ya más de veinte títulos.
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Chesterton, Gilbert K.
Biblioteca de la memRenacimiento editori
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Chesterton, Gilbert K.
Acerca de Chesterton, alguna vez dijo Jorge Luis Borges que no hay una página suya que no encierre una sorpresa o una felicidad. Lo que no tiene nada de extraño si consideramos a Borges el autor hispánico más influido por Chesterton, pero que también resulta sumamente aleccionador si tenemos en cuenta que Borges es, quizás, y aun sin quizás, el más grande autor de todo el siglo XX. As I Was Saying... (1936), Como estaba diciendo..., es una recopilación de artículos aparecidos originalmente en Illustrated London News, revista en la que Chesterton colaboró semanalmente durante más de veinte años. Esta es, tardía pero felizmente, la primera vez que se publican, traducidos por Aurora Rice, en español. Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) es conocido, sobre todo, entre el gran público, por sus relatos policiales del padre Brown y por su novela El hombre que fue Jueves, pero el gran escritor inglés destacó en todos los géneros literarios, especialmente en el menos convencional y menos cerrado (tal como convenía a su peculiarísima personalidad humana y artística), el ensayo, lo que en su caso no es sino hablar de periodismo. Porque el siempre polémico y polemista Chesterton fue sobre todo, durante toda su vida, un periodista, es decir un hombre curioso y apasionado para quien no había asunto que no pudiera o no debiera ser tema de discusión («no hay cosas sin interés. Tan solo personas incapaces de interesarse» es una de sus frases o, lo que es casi lo mismo, de sus paradojas). En los catálogos de Ediciones Espuela de Plata y Renacimiento puede encontrarse una buena parte, además de una muy buena representación, de la obra de Chesterton. Entre ediciones de rescate, nuevas traducciones y libros inéditos en español, sumamos ya más de veinte títulos.
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