7 Libros encontrados
González Mira, Pedro
Mozart padecía el síndrome de Tourette, por lo que solía expresarse en términos escatológicos compulsivamente, las primeras notas de la Quinta de Beethoven equivalen, en morse, a tres puntos y una raya, que significa «V» de victoria, por lo que fueron utilizadas como código durante la gran guerra europea, Rossini era capaz de leer una partitura de derecha a izquierda y de abajo a arriba, Wagner embaucó a Luis II para que le construyera un teatro en Bayreuth, adonde debía llegar desde Inglaterra un inmenso dragón de cartón-piedra para el estreno de Sigfrido... Pero arribó en Beirut!... Hay anécdotas como éstas por decenas, pero ninguna pasa de eso, del puro cotilleo. Este libro aspira a dar otro tipo de respuestas a los claroscuros de algunos grandes compositores, y a hacer comprensibles muchas de las cuestiones que rodean a la música llamada clásica. ¿Es conveniente tener alguna noción previa para comprender el contenido de una melodía? ¿Es éste un arte ideado por las elites para consumo de minorías? ¿Monteverdi, Bach o Schoenberg son hoy como marcianos en un planeta ávido de inmediatez y ajeno a discursos de auténtica penetración intelectual? Pero, ¿acaso los compositores no tuvieron que padecer algo semejante en su tiempo, aun por otras razones? ¿Se ha convertido la música clásica en una autores hay que escuchar? ¿Todos son igual de recomendables? ¿Hay tops como en el mundo del rock? Son éstas preguntas, todas ellas y otras más, que encierran diversos e interesantes compromisos. Pero hay respuestas, siempre. Este libro, escrito por un reputado experto en la materia, pretende arrojar luz, de forma tan rigurosa como divulgativa, sobre esa gran desconocida que es la música clásica, pero fundamentalmente sobre los secretos de su escucha. AUTOR Pedro González Mira ha sido profesor de Matemáticas durante diecisiete años y crítico musical durante veinticinco. Desde su puesto de redactor jefe de la revista musical Ritmo ha publicado cientos de críticas de conciertos y discos, además de múltiples ensayos y varias decenas de trabajos sobre intérpretes famosos. Ha colaborado con RNE, en Radio Clásica, donde ha biografiado a grandes intérpretes como Claudio Arrau, Leonard Bernstein, Vladimir Ashkenazy, Arturo Benedetti Michelangeli o Jacqueline du Pré. Dirigió la sección de Música clásica de la Guía del Ocio durante una década, para pasar a realizar la misma actividad en el suplemento de El País, On Madrid, desde su número cero hasta su desaparición. Recibió el Premio Nacional de Crítica Discográfica en 1984. Es autor en Almuzara de los títulos: Jesús Villa-Rojo, a través de sus discos y de los aclamados Eso no estaba en mi libro de Historia de la Música y Eso no estaba en mi libro de Historia de la Ópera.
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González Mira, Pedro
Que Europa quedara destrozada durante medio siglo por las dos grandes guerras no fue razón suficiente para que la música continuara alcanzando un formidable desarrollo. Alemania, una de las protagonistas esenciales de la contienda, prosiguió su glorioso camino iniciado con Bach y transitado luego por Mozart, Haydn, Beethoven, Mendelssohn, Schumann, Brahms, Bruckner, Wagner... para desembocar, en pleno hitlerismo, en una nueva explosión creativa que rompió con una tradición que ya se había tensionado hasta el límite en las últimas creaciones de la etapa romántica: la armonía tradicional. Las dos figuras clave en esa dialéctica entre pasado y futuro, Richard Strauss y Arnold Schönberg, hijos no deseados pero muy queridos de Wagner, constituyen la base de este libro, que sin embargo no olvida que los nazis llegaron a otros países. A Francia y Hungría, por ejemplo, donde oficiaron Messiaen y Bartók, respectivamente. Figuras de culto, como la de Hans Pfitzner, o el gran listado que Hitler construyó con lo que sus servidores definieron como «músicos degenerados», forman parte de sus páginas, que también recalan en una parte de los intérpretes de primera línea que protagonizaron la vida musical en el área alemana durante el periodo nazi: los directores de orquesta que vivieron en sus propias carnes la debacle nacionalsocialista. De alguna manera, es un libro que complementa a Los músicos de Stalin, la anterior publicación del autor. La suma de ambos revela una buena parte de la grandeza musical del siglo XX. «Desde que Pedro González Mira abandonó el trabajo de crítico desde su revista del alma, la centenaria Ritmo, se ha dedicado a regalarnos libros que resumen todas sus experiencias musicales. En este, una vez más se recogen textos que él califica de divulgativos pero que van mucho más allá, porque no solo atesoran una gran cantidad de información, resultan entretenidos, se leen con placer». Rosa Torres-Pardo, pianista y Premio Nacional de Música.
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González Mira, Pedro
Este libro se ocupa de la música escrita por los compositores rusos más significativos del área rusa desde los últimos años del zarismo hasta la compuesta después de la caída de la Unión Soviética, haciendo especial hincapié en los maestros que, de una manera u otra, desde dentro y desde fuera, trabajaron durante los años de la dictadura de Stalin. Un repaso desde Glinka a Chaikovski, desde Rimski-Kórsakov a Músorgski, desde Rajmáninov a Stravinski, Prokófiev, Shostakóvich y sus herederos. Defiende la tesis de que los que trabajaron en los años de acero fueron el resultado de un poliédrico proceso que arranca con un coloreado y potente movimiento nacionalista hasta alcanzar una vanguardia que solo a veces es capaz de expresarse con autonomía, debido a la permanente mediatización de su asfixiante dependencia política. Indirectamente, pues, habla de las relaciones entre el espíritu de lo ruso y su inagotable y magnífica inventiva. El autor pone su empeño en clarificar ese escenario, tratando de separar la paja, que es mucha, de un trigo que pudo crecer gracias al enorme talento de unos cuantos compositores que desarrollan su arte inmersos en la inmensa mediocridad oficialista. E igualmente expone los datos necesarios para encontrar explicaciones a la posterior deriva que conduce a la sequía musical producida en la Federación Rusa desde el momento mismo de la caída del imperio soviético. El punto sin retorno de esta funesta evolución es un estado actual de la sociopolítica en el que es difícil detenerse, pero que queda encarnado en una cruenta y letal mezcla entre (in) cultura, violencia, irracionalidad religiosa e impenitente imperialismo. Como ya sucediera en sus libros anteriores para Almuzara, en este vuelve a hacer un repaso exhaustivo de los contenidos, bajo una perspectiva dominada por la sencillez y un esforzado intento de descender hasta el alma de la música. Un alma que, en este caso, tiene que ser arrancada a los pentagramas bajo el signo de la autodestrucción, ese rasgo tan grandioso, y a la vez doloroso, de la gran creación rusa. «Pedro González Mira domina en sus libros el arte, casi imposible, de escribir sobre música, porque sabe expresarse con claridad, sin enredarse en zarandajas técnicas ni perderse en vaguedades o jergas indescifrables. Comparte sus ideas muy personales, que son muchas, y sabe ponerlas al alcance de todos». Luis Gago, crítico musical de El País.
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González Mira, Pedro
«Una ópera es una historia en la que una soprano y untenor luchan para acostarse y un barítono se lo impide» (Bernard Shaw). Éstas, como otras muchas ocurrencias más o menos apócrifas, salpican al mundo de la ópera. Pero, claro está, todo es más complejo. Una sinfonía nos puede explicar muchas cosas al llegar a nuestros oídos. Pero sólo musicalmente, porque es sonido.También podrá exponérnoslas, pero con mucha más elocuencia, porque, como esa sinfonía, lo hará musicalmente apuntando directamente a la parte más ávida de sentimientos de nuestro corazón, pero también usando lapalabra, que es un código con el que lidiamos a diario para comunicarnos, explicarnos, relacionarnos. Paravivir. La ópera es un tratado sobre la vida del serhumano... Pero no sólo eso. Es también un espectáculo. Wagner quiso patentarla como la «obra de arte total», pero llegó tarde, ya lo era cuando él dijo que sela iba a inventar. Desde que Monteverdi se ocupó de poner a cantar a Orfeo a principios del siglo XVII yalo fue. Y lo sigue siendo hoy, aunque todavía millones de seres humanos no hayan tenido la oportunidad decomprobarlo. Y eso es lo que ha movido al autor de este libro a añadir u punto de vista más a esa historiainacabable e inagotable que es la del género musicaltotal, la ópera. Lo plantea en tres partes, que aspiran a que no se le quede en el tintero nada que debansaber todos aquellos que sientan interés por iniciarse en ese mundo o para los aficionados a la música clásica que quieran profundizar en el asunto. La primera narra los inicios y su cenit, es el relato de su propia historia. La segunda pone en valor los elementosque la conforman: la palabra, la música, el canto Yla tercera es una especie de parque temático en el que van apareciendo los títulos indispensables y las historias que en ellos se relatan, con sus entresijos yporqués. Hay, luego, un epílogo necesario que plantea la conveniencia o inconveniencia de aceptar si la defensa del arte operístico en nuestros días tiene o no fundamento. Por último, el autor nos introduce en el mundo discográfico de la ópera, regalando al lectorun listado de interpretaciones fonográficas de 130 óperas cuyo conocimiento y disfrute puede ser objeto de la observación en toda una vida. AUTOR Pedro González Mira nació en San Juan (Alicante) en 1948. Sus primeros contactos con la música se producen en los años60, en Alcoy, donde cursa estudios de Peritaje Industrial en la especialidad de Química. En 1968 se traslada a Madrid, para, un año después, encargarse de laorganización de los servicios pedagógico-musicales deSOAP (Servicio de Orientación para Actividades Paraescoles), empresa en la que dirige el departamento deMúsica durante dos años. Al mismo tiempo cursa estudios musicales, imparte clases de Matemáticas e Historia de la Música del nuevo B.U.P y comienza a escribircríticas musicales. Igualmente trabaja en compañías de teatro y danza independientes con Elvira Sanz y Arnold Torraborelli durante cuatro años. En 1986, tras diecisiete años de ejercicio docente, abandona la enseñanza y es contratado como redactor-jefe de la revista RITMO, cargo que ejerce durante veinticinco años, durante los cuales publica cientos de críticas de conciertos y discos, además de múltiples ensayos y variasdecenas de comentarios sobre intérpretes famosos. Hacolaborado con RNE (Radio Nacional de España), en Radio Clásica, donde ha biografiado a grandes intérpretes como Claudio Arrau, Leonard Bernstein, Vladinir Ashkenazy, Arturo Benedetti- Michelangeli o Jacquelinedu Pré. Entre 1992 y 2005 dirige la sección de músicaclásica de Guía del Ocio, de Madrid, y, desde el añosiguiente, la de On Madrid, suplemento cultural deldiario El País, hasta su cierre. Igualmente ha dirigido la sección de música clásica de la revista TELVA durante varios años. Y lleva escritos más de 3.000 artículos, críticas de discos y de conciertos en prensaespecializada y diaria, así como numerosas notas a programas de conciertos, entrevistas y reportajes. En 1985 es galardonado por el Ministerio de Cultura con el Premio Nacional de Crítica Discográfica. En la actualidad prosigue con sus colaboraciones en RITMO y enla plataforma digital Beckmesser. Ha publicado para Almuzara Eso no estaba en mi libro de Historia de la Música y Jesús Villa-Rojo, a través de sus discos.
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González Mira, Pedro
Un viaje, en fin, por la historia de la música para piano, desde las primeras espinetas a los teclados máscomplejos, desde Bach hasta la penúltima modernidad,plagado de arte y pasión y escrito por uno de los críticos musicales de referencia. Estas páginas son unregalo para aquellos que se interesen por la músicaparapiano y sus autores. Un regalo repleto de emociones musicales que repasa las creaciones más importantes yemblemáticas del género. Más allá de la historiadel propio instrumento, con certeza el que más y mejor música nos ha legado, el autor nos guía a través del «pianismo» de Mozart y de románticos como Chopin,Liszt oBrahms, con Beethoven y Schubert como eje central, pero sin dejar de mirar hacia los necesarios orígenes:Cabezón, Frescobaldi, los Couperin, DomenicoScarlatti y, naturalmente, Bach. No solo como antecesores dederecho sino como portadores de verdades musicales transmisibles al teclado moderno desde sus viejas consolas instaladas en los grandes órganos y losmás domésticos clavicémbalos. Páginas que miran hacia la modernidad de Debussy, Albéniz o Ravel, sin olvidar al «mestizo» Gershwin o al padre de la música actual norteamericana, Charles Ives, analizando su procedencia y sus fundamentos, amén de la inasible bellezade sus composiciones. A través de estas, conoceremoslas distintas maneras de afrontar la creación y la personalidad de cada compositor para comprender su realidad más intangible y su propio e indeleble sello personal, algoque, sin duda, supone mucho más que unadeterminada manera de combinar las notas. «El autor,fundamentado ensu larga experiencia de aficionado yde estudioso, vallevando al lector por un camino bien delimitado, orientándolo, conduciéndolo suavemente.» ARTURO REVERTER, crítico musical «Pedro González Mira tiene una pluma rigurosa, veterana, melómana y amena de la musicografía española (...), es un humanista en el más hermoso y legítimo sentido de la palabra.» JUSTO ROMERO, crítico musical
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González Mira, Pedro
Mozart padecía el síndrome de Tourette, lo que le provocaba expresarse en términos escatológicos compulsivamente las primeras notas de la Quinta de Beethoven equivalen, en morse, a tres puntos y una raya, que significa «V» de victoria, por lo que los n
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Mozart padecía el síndrome de Tourette, por lo que solía expresarse en términos escatológicos compulsivamente las primeras notas de la Quinta de Beethoven equivalen, enmorse, a tres puntos y una raya, que significa «V» de victoria, por lo que fueron uti
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