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García, Ximena
Como la historia real de un triángulo tumultuoso en la ciudad emblemática del amor, París, Espero algún día darme cuenta de que me has perdido está escrito en primera persona, desde la pluma de quien se cree cómplice y víctima de una historia de pasión, secretos, susurros y mentiras recíprocas. Con los ojos enturbiados por las lágrimas, la poeta se pone frente a un espejo para admitir su desorientación en un mundo lejano al paraíso, con la angustia de quien ha buscado refugio en unos brazos que en realidad no abrigaban, con la experiencia de un alma cálida que se estremeció entre escalofríos anticipando el desastre.
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García, Ximena
GANADOR DEL PREMIO DE LA FUNDACIÓN CUATRO GATOS Para cuidarte mejor ha sido escogido entre los 20 ganadores del Premio Fundación Cuatrogatos 2017 El auge de las reversiones y parodias de los cuentos clásicos infantiles continúa siendo un campo fértil para la producción de nuevas obras destinadas a grandes y chicos. Para cuidarte mejor, frase que titula el libro, recupera el diálogo del lobo y caperucita en el cuento que todos conocemos, pero con un giro que despierta la curiosidad: ¿cuidarte?. El color rojo cubre las tapas y predomina en todas las ilustraciones, como señal de alarma o anuncio de un peligro acechante: el peligro, no de que aparezca el lobo feroz, sino el que subyace en cada actividad que hace Caperucita, desde la perspectiva sobreprotectora de su mamá. Así, en cada diálogo de madre e hija, hay una advertencia: Cuidado con el tecito, no te quemes, no te destapes que te vas a resfriar, no juegues así con el gato que te puede rasguñar. Y ante la insistencia de Caperucita que pide una y otra vez ir a visitar a su abuelita, la madre, por supuesto, siempre responde con una negativa. Mientras la mujer, cuyo rostro siempre está oculto, ve en sueños a un enorme lobo feroz que amenaza a su pequeña, ésta sueña con un lobo inofensivo y amigable, que juega a la ronda con ella y su gato. Las ilustraciones muestran los distintos ambientes del interior de la casa de Caperucita y contienen algunas pistas acerca de la relación madre-hija: el cuadro de Klimt La maternidad y un juego de tres muñecas rusas que vuelan por los aires cuando Caperucita se rebela frente a su mamá. El humor está presente en todo el relato y, por supuesto, en el final que cierra esta divertida versión del cuento clásico.
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