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CUANDO EL ZAPATO NO TE ENCAJA, QUIZÁ ES HORA DE DISEÑAR EL TUYOPara Cindy, no hay nada como un moño bien colocado y unos tacones impresionantes: puede que la ropa diseño no se confeccione para su talla, pero un buen par de zapatos siempre le van a la perfección. Con su reluciente título de diseñadora bajo el brazo, pero sin trabajo y con los pies en la tierra, Cindy regresa a casa de su madrastra, la productora ejecutiva del reality show de mayor éxito en el mundo: Antes de la medianoche. Cuando una de las concursantes cae del programa en el último momento, todos los focos caen sobre Cindy. Al fin y al cabo, podría dar un impulso a su carrera si aprovechase el concurso para lucir sus diseños de zapatos... y tener citas con un pretendiente maravilloso. Pero resulta que ser la primera y única concursante gorda en Antes de la medianoche la convierte en un icono viral del body positive. A partir de entonces, para poder llegar a la final en una casa llena de concursantes en quienes no se puede confiar, Cindy tendrá que dar un salto de fe y esperar que sus tacones, y su corazón, no terminen rotos en el proceso. «Cuando el zapato encaja incluye todo lo que más me fascina de las comedias románticas. Me reí, me extasié, sonreí. ¡Otro éxito para Julie Murphy!». COLLEEN HOOVER, autora del bestseller del The New York Times, Romper el círculo.
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Willowdean Dickson es Will para sus amigos, una chica gorda (y a mucha honra) para sí misma y Dumplin para su madre. Ser hija de una antigua reina de la belleza nunca ha afectado su autoestima... hasta que descubre que el chico que le gusta se siente atraído por ella. Para librarse de la repentina inseguridad que eso le genera, Will hace lo más impulsivo y horrible que podría habérsele ocurrido: presentarse al concurso de belleza local Miss Lupino Juvenil de Clover City con el objetivo de demostrar que una persona es algo más que su peso. Sin embargo, al inscribirse no se imaginaba la reacción en cadena que provocaría entre otras chicas de su instituto. «No sé qué pasa con los bañadores que te hacen pensar que debes ganarte el derecho a llevarlos. Y no es así. En realidad, la cuestión es muy simple: ¿no tienes un cuerpo? Pues ponte un bañador». Porque si tienes que hacer algo, hazlo a lo grande o no lo hagas.
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