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Unai no comprende por qué todo el mundo está tan solo, con todas las cosas increíbles que hay por todas partes. Un niño. Una madre. Mira, mamá! Una y otra vez: Mira, mamá! Al final, mamá mira. Y todo cambia. Un álbum ilustrado en el que Rocío, como Unai a su madre, nos llama para decirnos que miremos -y celebremos- la vida.
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Neste lugar, cuberto agora de asfalto, houbo hai tempo unha terra verde e altas árbores e mesmo un río de augas sonoras. Un día, unha familia de vendedores ambulantes acampou alí. Foi León, o do riso bonito, quen descubriu a flor. Coidouna, evitou que os outros nenos a esmagasen e fíxoa a súa amiga. Sentaba a carón dela para ver pasar as nubes e contarlle anacos da súa vida. Contáballe o da súa vida errante, o da burriña Brisa, o de Camila, cuns dedos que un día se entrelazaron cos seus.
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En aquest indret, cobert ara d'asfalt, va haver-hi en el seu moment una terra verda, grans arbres i fins un riu d'aigües sonores. Un dia, una família de venedors ambulants va acampar allà. Va ser el Lleó, el del riure bonic, qui va descobrir la flor. La va cuidar, va evitar que els altres nens la trepitgessin i va fer-ne la seva amiga. S'asseia al seu costat a veure passar els núvols i li explicava retalls de la seva vida. Li parlava de la seva vida errant, de la ruqueta Brisa, de la Camil·la i dels dits d'ella, que un dia es van entrellaçar amb els seus.
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Orain asfaltoz estalia dagoen toki honetan, garai batean lur berdea eta zuhaitz garaiak egon ziren, baita ur ozenak zekartzan ibai bat ere. Egun batean, saltzaile ibiltarien familia batek kanpatu zuen han. Leonek aurkitu zuen lorea, irribarre politeko mutilak. Lorea zaindu zuen, beste umeek zapaldu ez zezaten ahalegindu zen, eta lorearen lagun bihurtu zen. Ondoan esertzen zitzaion, hodeiak igaroan ikusiz bere bizitzaren puskak kontatzen zizkion bitartean. Bere bizitza alderraiaz hitz egiten zion, Brixa asteme txikiaz, eta Kamilaz, haren hatzak bereekin elkartu zituen neska hartaz.
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En este lugar, cubierto ahora por entero de asfalto, hubo en su día una tierra verde y altos árboles y hasta un río de aguas sonoras. Un día, una familia de vendedores ambulantes acampó allí.Fue León, el de la risa bonita, quien descubrió la flor. La cuidó, evitó que los otros niños la pisaran y la hizo su amiga. Se sentaba a su lado a ver pasar las nubes y contarle pedazos de su vida. Le contaba lo de su vida errante, lo de la burrita Brisa, lo de Camila, cuyos dedos un día se entrelazaron con los suyos.
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L'Unai no entén per què tothom està tan sol si hi ha tantes coses increïbles pertot. Un nen. Una mare. Mira, mama! Una vegada i una altra: Mira, mama! Al final, la mama mira. I tot canvia. Un àlbum il lustrat en què la Rocío, com l Unai a la seva mare, ens crida per dir-nos que mirem -i celebrem- la vida.
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Si el que sento és molt gros, puc sortir de la ratlla?
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Si lo que siento es muy grande, ¿puedo salirme de la línea?Un libro maravilloso que nos invita a volver a mirar el mundo cómo lo hacen los niños, con esa mirada inquisitiva y certera. «... a los adultos que aprenden de los niños» así reza la dedicatoria de la autora. Y es que, si alguna vez os han dicho que tenéis pájaros en la cabeza, sois afortunados, así que dejad que sigan ahí revoloteando y agitando vuestros pensamientos. Sin límites, sin prejuicios, así no os olvidaréis de soñar y seguiréis mirando el mundo con los ojos despiertos de los niños.
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