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Grondin, Jean
¿Qué significa con exactitud ese sentido de las cosas? ¿Se trata de un simple punto de vista del espíritu, de una observación o deun presentimiento? Este esfuerzo constante del pensamiento humano sobre las cuestiones del ser y la realidad ha dado paso
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Grondin, Jean
La metafísica nos debe llevar a estar atentos a la belleza del mundo y ayudarnos a descubrirla. Incluso cuando el mundo va mal, la belleza existe. Toda filosofía es metafísica o se lamenta de no serlo. La metafísica nos debe llevar a estar atentos a la belleza delmundo y ayudarnos a descubrirla. Incluso cuando el mundo va mal, la belleza existe. La idea básica de la metafísica es que esta belleza tiene una razón, y queel hombre es parte de ella. Al descubrir la belleza de las cosas, al reconocer la dignidad del ser humanoy atreverse a pensar en su capacidad de trascendencia, la metafísica nos proporciona razones para vivir, ser y esperar. Nuestra comprensión del mundo reposa, pues, en la relación con los demás, con el medio ambiente, con nosotros mismos, con el más allá o su silencio. AUTOR Jean Grondin es profesor de filosofía en laUniversidad de Montreal. Ha publicado una veintena de obras sobre metafísica, hermenéutica y filosofía alemana, que han sido traducidas a más de quince lenguas. Fue profesor titular de la Cátedra de metafísica Étienne-Gilson y actualmente preside la Académie des arts, des lettres et des sciences de Canadá.
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Grondin, Jean
La hermeneútica tiene una larga historia de la que todavía hoy se puede aprender mucho. Al comienzo se sitúa el tratado aristotélico de este mismo nombre, que se ocupa, en el fondo, de la lógica de la oración. La manera en que la Edad Moderna usa el término ''hermenéutica'' se refiere por lo general a disciplinas especiales. Así, encontramos una hermenéutica jurídica y una teológica y, a fin de cuentas, la antigua palabra «hermenéutica» tiene la connotación del sentido universal de traducción. Pero una auténtica universalidad sólo pudo asociarse con este concepto cuando la era metafísica se acercó a su fin y su pretensión de monopolio frente a las ciencias modernas quedó restringido. Fue sobre todo Wilhelm Dilthey quien dio un paso importante en esta dirección con su psicología descriptiva. Pero sólo cuando Dilthey y su escuela llegaron a tener una mayor influencia sobre el movimiento, el entender ya no quedó meramente situado al lado del comprender y del aclarar y, en general, no quedó limitado a su uso por las ciencias. Al contrario, el entender constituye la estructura fundamental de la existencia humana, por lo que viene a situarse en el centro de la filosofía. De este modo pierden su primacía la subjetividad y la autoconciencia, que en Husserl todavía encuentran su expresión en el ego trascendental. En su lugar se sitúa el otro, que ya no es objeto para el sujeto, sino que éste se halla en una relación de intercambio lingüístico y vivencial con el otro. Por eso, el entender no es un método, sino una forma de convivencia entre aquellos que se entienden. Así se abre una dimensión al lado de la cual ciertos otros ámbitos especiales de posibles conocimientos no juegan un papel paralelo o equivalente, sino que esta dimensión constituye la práctica de la vida misma. Esto no excluye en absoluto que precisamente los métodos de la ciencia vayan también por su propio camino, que consiste en la objetivación de los asuntos de su investigación. Pero justamente aquí se encuentran también los peligros de una limitación teórica de la ciencia, que consiste en esquivar ciertas experiencias relacionadas con el otro ser humano, otras palabras, otros textos y su pretensión de validez debido a la autosatisfacción metodológica. Piénsese sólo en los pocos pasos que se avanzaron, por ejemplo, en el esclarecimiento de la gramática estructuralista del mito, en el que se invirtieron enormes energías de investigación, y ciertamente no con la finalidad y el resultado de que ahora el mito comience a hablar mejor. Algo parecido se podría decir de la semántica, que toma como objeto el mundo de los signos o de la textualidad, a los que el conocimiento científico ha conseguido acercarse de manera nueva e interesante. Mas, la hermenéutica no pretende la objetivación, sino el escucharse mutuamente, y también, por ejemplo, el escuchar a alguien que sabe narrar. Es ahí donde comienza lo imponderable al que nos referimos cuando los seres humanos se entienden. El mérito especial de Grondin consiste en haber elaborado este diálogo «interior» como el fundamento propiamente dicho de la hermenéutica, pero que tiene un papel importante también en otros contextos. Jean Grondin (1955) estudió en las universidades de Montreal y Tubinga. Entre 1982 y 1990 enseñó en las universidades Laval (Quebec) y de Otawa. Desde 1991 es profesor titular de Filosofía en la universidad de Montreal. Becario del Conseil de Recherches en Sciences Humaines du Canada y de la Fundación Alexander von Humboldt. Es autor de diversos libros sobre la hermenéutica de Gadamer, la filosofía de Heidegger y Kant, y de una biografía del propio Gadamer (Hans-Georg Gadamer. Una biografía. Herder, Barcelona 2000). De interés para estudiosos de la Filosofía y las Ciencias del Hombre y Bibliotecas.
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Grondin, Jean
Esta serie de cinco entrevistas realizadas por Marc-Antoine Vallée nos descubre la trayectoria de Jean Grondin, el reputado filósofo canadiense. Mediante la reconstrucción de su itinerario filosófico, especialmente los trabajos sobre la tradición hermenéutica y sus principales representantes –Heidegger, Gadamer y Ricœur, aflora una reflexión apasionante sobre algunas de las facetas de la gran cuestión del sentido. ¿Hay uno inmanente a la vida? ¿Cómo articulan el arte y la literatura nuestra experiencia del mismo? ¿Cuál es la contribución de la religión a la reflexión filosófica sobre él? El resultado de las conversaciones es una resistencia crítica a cualquier reducción nominalista, constructivista o nihilista del sentido, es decir, a una realidad simplemente ilusoria, construida o facticia. Marc-Antoine Vallée es es doctor en Filosofía por la Universidad de Montreal. Además de la presente obra, ha publicado Le sujet herméneutique. Étude sur la pensée de Paul Ricœur y Gadamer et Ricoeur. La conception herméneutique du langage.
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