
2 Llibres trobats
Richie, Donald
Tokio, esta ciudad cambiante... Cuanto más la observas, más te percatas de su singularidad. Lafcadio Hearn así lo vio un día de enero de 1895, cuando escribió una carta a Shentaro Nishida en la cual decía: «No hay Japón como Tokio». Cierto, y ahora doblemente, puesto que Tokio se ha extendido tierra adentro. El lenguaje de Tokio ha ahogado a los dialectos, la cocina de Tokio ha expulsado a las especialidades provinciales, la moda de Tokio ha desplazado a los trajes regionales. Si no hay Japón como Tokio, es porque todo es la capital y, en este sentido, ya no hay provincias. Una ciudad, un país, fluyendo. Nos sorprende porque los nuestros aparentemente no lo están, al menos no de un modo tan amplio, apreciable y definido. Cuando observas Tokio te viene a la mente el principio budista shogyo mujo: todo es transitorio, fugaz, no hay nada fijo, todo está en movimiento..., la vida es ilusión. En este sentido, Tokio es una capital budista, un mandala que ilustra el mujo, la pura fugacidad.
Has afegit la quantitat màxima disponible.
Richie, Donald
Oriente y Occidente han observado la realidad de manera distinta durante siglos, y por tanto la han reflejado con notables diferencias en sus respectivas tradiciones artísticas. Uno de los aspectos más atractivos de la estética japonesa es que, a nuestros ojos, nos resulta fascinante por distinta: si en Occidente priman valores como el orden, la simetría y la progresión lógica, en Oriente, y particularmente en Japón, los criterios dominantes son otros. Ahí es donde aparecen conceptos, cada vez más difundidos pero no siempre bien asimilados en nuestra cultura, como yugen (belleza ampulosa y misteriosa), mono no aware (aprecio de lo efímero) o wabi (la belleza en la sencillez), tres conceptos, entre otros muchos, que Donald Richie fija como esenciales para comprender la estética japonesa y, por tanto, una percepción única de la belleza suprema. Este tratado estético, escrito con un conocimiento profundo del arte japonés y con un lenguaje tan claro como hipnótico, es el acceso ideal a un mundo rico de estímulos, provocaciones y delicias. Una manera rápida y eficiente, por tanto, de comprender la visión particular de Japón sobre la belleza de las cosas y el orden de la naturaleza, que desde nuestra comprensión occidental del arte nos puede resultar tan alternativa como complementaria. O lo que es lo mismo, tan provocativa como enriquecedora.
Has afegit la quantitat màxima disponible.