2 Llibres trobats
Bravo, Isra
Este libro no es tan sublime como parece, pero no está nada mal para el precio que tieneEn él aprenderás: La razón por la que si eres un cursi nunca ganarás dinero contando historias. La lección de persuasión de un tipo que odiaba ducharse. Una forma de crear infi nitas historias que atraigan a miles de clientes, que aprendí de un abogado completamente borracho. Cómo crear historias que vendan haciéndote sólo dos preguntas que sabría responder incluso el vecino más imbécil que tengas. Por qué vende más el villano que el héroe y cómo aplicarlo para tu vida o para tu negocio de forma inteligente. Cómo destacar en tu sector cuando eres minúsculo y compites contra gigantes. Información no apta para cobardes ni para gente políticamente correcta que milite en ninguna secta. Cómo vender utilizando la psicología de las historias de terror. Esto tampoco es para cobardes. El anti-storytelling. La estrategia de vender con las palabras sin utilizar ni una palabra. Que hay mucho gilipollas. Ése es el verdadero problema. Y cómo vender sabiendo eso. El cuento del tiempo lento. Cómo ganar dinero contando historias gracias a tu infancia. Aunque fuese más aburrida que mirar una nevera. Este libro es tan raro que es posible que te lo termines.
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Bravo, Isra
El secreto está en lo que escribes y cómo lo escribesLee esto. SON 300 PALABRAS JUSTAS. Hace un tiempo conocí a una chica que estaba completamente chiflada. Tenía encanto, pero estaba como un cencerro. ¿Y? Espera, si entiendes la historia, este libro será una de las mejores inversiones que harás en tu vida. Si no la entiendes, déjalo donde estaba o le prendes fuego. Personalmente, me da lo mismo. Allá va: Resulta que esta chica trabajaba para una marca de cosméticos. Y un día le dio por preparar muestras de los mejores productos, muy bien empaquetados con una nota personalizada que dejó en la puerta de cada uno de los vecinos de su edificio. O sea, la gente abría la puerta, se encontraba una caja con cremas, maquillajes y esas cosas, además de la nota personalizada de la loca. ¿Y? Espera, no seas impaciente. Sigo. El caso es que todos los vecinos le respondieron dando las gracias. La loca estaba muy feliz. Las locas son así, les hacen felices cosas raras. No sé. Pero al final del día, cuando parecía que todo había salido bien y que todos los vecinos estaban contentos de tener una vecina loca y generosa, uno devolvió la caja con una nota que decía: «Gracias por tu regalo, pero creo que me estás intentando vender algo y odio la publicidad». Oh. Vaya disgusto. La loca me escribió y me dijo: «Isra, uno de mis vecinos ha rechazado el regalo, vaya bajón». Entiendo que estés pensando «vaya idioteces le preocupan a la loca esta», te doy la razón, pero cuando me lo dijo se me ocurrió lo siguiente: Todo el mundo odia la publicidad, hasta que quiere vender algo. Isra Bravo. Pues eso. Hay gente que dice que odia la publicidad. Esa gente muy lista no es. Ahora, si has entendido esta historia, este libro te interesa.
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