Encara no hi ha cap producte a la teva cistella
Montgomery, Alabama, 1 de diciembre de 1955: al final de la jornada laboral, Rosa Parks, de 42 años, una modista de profesión, tomó el autobús 2857 y se dirigió a su casa. Ella se sentó en una fila central, pero cuando un pasajero blanco subió después de algunas paradas, el conductor le pidió que se levante para darle su asiento, como lo requieren las reglas.Rosa las conoce bien: los negros se sientan en la parte de atrás, los blancos se sientan en la parte delantera, mientras que los asientos centrales son mixtos y solo se pueden usar si todos los demás están ocupados, pero la prioridad siempre es de los blancos. «No», responde Rosa sin pensarlo demasiado, no tiene intención de levantarse.Ese rechazo la convierte en una heroína de los derechos de los negros, comprometida en la lucha contra la segregación que oprimía a Alabama y otros estados del sur, pasando a ser el propulsor del histórico boicot a los autobuses en Montgomery liderado por Martin Luther King.
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¿Por qué los hermanos negros aún tratan de agradar a los blancos, en lugar de luchar contra los que los dominan y los oprimen?Angela Davis es una adolescente cuando comienza a hacerse esta y otras preguntas. Por entonces, vive en el barrio de Dynamite Hill, en Birmingham (Alabama), donde el KuKluxKlan coloca bombas frente a las casas de las familias negras para obligarlas a abandonar sus hogares.El libro nos acerca a la vida de uno de los iconos del feminismo y una de las figuras más emblemáticas de la lucha contra el racismo y en pro de la igualdad en Estados Unidos. Se centra, especialmente, en el activismo político de Angela Davis durante los años 60 en Los Ángeles.
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«No estamos aquí porque queramos infringir las leyes, estamos aquí porque queremos hacerlas». Emmeline Pankhurst Nacida en una familia en la que el compromiso político se entrelazaba con la vida cotidiana, Emmeline Pankhurst siempre respiró activismo. Ya desde niña entendió que las mujeres tenían que comprometerse a cambiar sus condiciones de vida y las firmes creencias arraigadas en la sociedad victoriana sobre lo que significaba ser el «sexo débil». Su lema, con el que logró inspirar a sus compañeras, fue «Nunca subestiméis el poder que tenemos de ser artífices de nuestro propio destino». Emmeline Pankhurst fue pionera del feminismo, sufragista y un icono de la lucha por la liberación de la mujer. Brillaba tanto por su capacidad organizativa como por el poder de seducción de sus discursos, entre los que destaca el famoso «No estamos aquí porque queramos infringir las leyes, estamos aquí porque queremos hacerlas»
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