6 Llibres trobats
Sarton, May
«Hay unas pequeñas rosas rosadas sobre el escritorio.Qué extraña tristeza suelen desprender las rosas deotoño?» «Por primera vez en semanas, estoy aquí sola,dispuesta a retomar mi vida ?real?. Eso es lo extraño: que ni los amigos, ni siquiera los amores apasionados, son mi vida real, a menos que disponga de un tiempo a solas para explorar y descubrir cuanto está ocurriendo, o cuanto ya ha ocurrido». May Sarton esperaabrirse camino «entre las abruptas y rocosas profundidades para llegar al núcleo de la matriz, donde aúnquedan iras y violencias no resueltas. Mi necesidadde estar a solas siempre está en contrapunto con el miedoa todo aquello que sucederá si de repente, una vez adentrada en el enorme y vacío silencio, no puedoencontrar apoyo alguno». Sarton escribe con un riguroso sentido de la observación y una gran carga emocional sobre el mundo interior y exterior: las estaciones, lavida cotidiana, los libros, la gente, las ideas, y amedida que se detiene en todo ello, va conformando su viaje artístico y espiritual. En este libro nos encontramos más cerca que nunca de la esencia de suescritura.
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Sarton, May
«En todo lo que escribe May Sarton puede oírse el corazón humano latiendo justo debajo de la superficie», Washington Post Book World. Esta encantadora historia, un clásico de la literatura gatuna, está basada en las verdaderas aventuras de Tom Jones, el gato de May Sarton. Antes de conocer a su dueña, era un gato callejero, salvaje e independiente que no tenía nombre. Pero un día, ya cansado de la vida vagabunda, decidió renunciar a su libertad para probar a vivir en una casa. Finalmente, dio con una que le pareció aceptable, y le gustaron las voces que salían de allí. Entonces comenzó su transformación en un auténtico señor Peludo. Este libro de May Sarton es una de las historias más tiernas que se han escrito acerca de las alegrías y tribulaciones que supone compartir nuestra vida con un gato.
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Sarton, May
En la década de los cincuenta May Sarton compra una casa de campo del siglo XVIII en Nelson, Nuevo Hampshire. Siempre había soñado con la casa ideal y con unanueva vida en ella. Estas son sus memorias sobre cómocompró esa primera casa y sobre los primeros diez años que vivió en ella. También nos habla de ese proceso tan intenso y personal de transformar una casa en un hogar.
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Sarton, May
«El mar es azul pálido y, aunque los campos todavía se ven de color tierra parda, por fin empiezan a asomar los primeros narcisos. El invierno se me ha hecho interminable, pero ahora las ranitas ya están en plena forma y llenan las noches de su incesante croar. También me han despertado el cardenal, que, una vez más, ha regresado con sus dos esposas, y los gritos estridentes del faisán macho. Al despertar, me quedo tendida respirando la primavera, escuchando el vago susurro de las olas, llena de agradecimiento por estar viva.» May Sarton teje con una mirada cautivadora una oda a la vejez: saborea los placeres diarios de atender el jardín, cuidar de sus perros y recibir invitados en su amada casa de Maine junto al mar. Son recuerdos crudos y nostálgicos, impregnados de esa delicada franqueza poética que siempre la caracterizó como narradora y poeta. May Sarton ocupa un lugar muy especial en la literatura memorialística estadounidense. Este nuevo diario empieza el 3 de mayo de 1982, el día que cumple setenta años. En su casa de Maine saborea la experiencia de estar viva en ese hermoso lugar, reflejada en la naturaleza, los amigos y el trabajo. «¿Qué tiene de bueno ser mayor?», preguntan a Sarton en una de sus conferencias, a lo que ella responde: «Que soy yo más que nunca».
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Sarton, May
En Lo que somos ahora, May Sarton da vida a Caroline Spencer, una exprofesora que, después de sufrir un infarto, es relegada por su familia a una residencia en la que pronto se sentirá sola, triste y humillada. Para refugiarse ante la desesperanza del lugar, Caroline decide escribir un diario como una forma de desahogarse ante las crueldades que vive pero también de protegerse de la soledad y el olvido. Un registro que trasciende lo cotidiano y se eleva como testimonio de vida y muerte, reflejo de lo amargo de la finitud pero también de las pequeñas victorias ligadas a la belleza sencilla de las cosas: el tacto de una mano, palabras amables, un pájaro sobrevolando el jardín. Con una prosa desnuda y evocadora, Sarton explora los límites de la resistencia humana revelando la resiliencia del espíritu, donde la fragilidad se transforma en fortaleza, y el amor y la dignidad se alzan como el último refugio frente al paso del tiempo.
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Sarton, May
«Un amanecer sereno. He contemplado el sol bañando el estudio con una luz anaranjada y brillante, y me he sentado para atrapar la visión del disco rojo justo cuando se detenía un segundo en el borde exacto del horizonte.» En 1973, May Sarton abandonó su casa de Nuevo Hampshire, escenario de toda esa vida interior y creativa que tan bien supo plasmar en Anhelo de raíces y Diario de una soledad, para trasladarse a una casa en la costa de Maine, un lugar solitario salvo en los meses de verano, con el mar, los bosques y los cielos inmensos siempre presentes. Al principio, la paz del lugar y el haber escapado a la angustia vivida durante tanto tiempo, que había llegado a asociar con la casa de Nuevo Hampshire, parece encerrar también un lado oscuro. Tal y como afirma la autora, «Me quedé cautivada por algo sobre lo que había leído unos años atrás sobre el hecho de que los japoneses, cuando atraviesan un periodo de paz, lo único que pintan son abanicos». Sin embargo, la pasión creativa regresó, y Sarton descubrió, así, que lo mucho que tenía que ofrecer no dependía de los demás, un descubrimiento de un valor excepcional. «La soledad, como los largos amores, se vuelve más profunda con el tiempo, y confío en que no me falle a medida que mi poder creativo vaya mermando, pues crecer en soledad es un modo de crecer hasta el final», dice la autora. Este es el más conmovedor y reflexivo de los diarios-memorias de Sarton. Una obra para meditar, saborear y amar por la pura belleza del alma y el pensamiento que la conforman. Es, ciertamente, un libro radiante.
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