3 Llibres trobats
Carreño, Antonio
Un brillante golpe de efecto en formato poema, un canto a los perdedores, a los actores secundarios, a los vencidos...Porque también hay épica en la derrota. A un lado del cuadrilátero, con calzón azul y casi 6000 trillones de toneladas, el mundo. Y al otro lado estás tú.Se intuye un combate desigual.Y es cierto: vas a acabar besando la lona. Pero quizás después de leer este libro lo puedas ver con mis ojos:Besar la lona no es caer, es darle las gracias al suelo. Antonio Carreño reivindica a través de una escritura brillante y de golpe de efecto la importancia del segundo plano, la épica de la derrota, la grandeza de los actores secundarios y de los perdedores. Porque aprender a volar exige muchas horas de suelo. Críticas:«He de reconocer que, a estas alturas de la representación, creía impensable que ningún meteorito poético hiciera impacto en mí, pero el cabrón de Antonio lo ha conseguido. En el centro del pecho. Touché (...) Tras deglutir hipnotizado la lengua de Antonio, tengo la sensación de que Carreño estaba ahí desde el primer momento, justo a mi lado, los dos a la sombra del triunvirato vencedor, pero que, paradójica e inexplicablemente, nunca habíamos enfrentado nuestras miradas».Del prólogo de Kutxi Romero
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Carreño, Antonio
El primer poemario de Antonio Carreño es una caja negra que guarda las respuestas que nos quedan después del accidente. Del de amar, del de creer, del de vivir. Respuestas que nos hacen preguntarnos de nuevo: ¿por qué no volver a intentarlo? Estos poemas hablan de aquellas noches que me mordí la lengua por no poder morder la tuya, de todos los espejos que rompí para dejar deverte, de las hojas que ningún otoño se atrevió a arrancar. Son grito sordo de amor y revolución, si acaso no fueran lo mismo.
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Carreño, Antonio
En una de sus últimas comedias, Lope se presenta bajo la máscara del personaje Belardo. Ya encanecido yviejo, Otón le pregunta, sorprendido: «¿Aún viven Belardos?». Este le contesta: ''¿No habéis visto un árbol viejo, / cuyo tronco, aunque arrugado, / coronanverdes renuevos? / Pues eso habéis de pensar, / y que pasando los tiempos, / yo me sucedo a mí mismo''.La voz lírica bajo las máscaras de Belardo y Vireno (pastores), de Gazul y Zaide (moros), se contrasta, pasados los años, con ''ya sacerdote y rey'' y ''González es mi nombre''. Y ya dentro del ciclo de senectute, con el Reverendo Padre Gabriel Padecopeo, con el Fabio desconsolado que añora a su amada, y conel presbítero Tomé de Burguillos. Las múltiples voces también se personifican en los preliminares que preceden a sus obras, en sus referencias y en los paratextos, como autor, como personaje y como lector. Don Diego de Mojica González ante el féretro del Fénix,exclama: ''Yace aquí el cuerpo del varón famoso, / que en tantos cuerpos vive repetido''. La presente monografía tira de este hilo a lo largo de sus páginas.
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