Encara no hi ha cap producte a la teva cistella
El popular Jero García se estrena como narrador con un relato duro, seco y directo como los buenos golpes sobre la tarima brava. La historia de cómo el deporte puede cambiar tu suerte cuando el destino solo te ha dado malas cartas.«Cola de lagartija. Nadie recordaba quién le había puesto ese mote, pero le iba como anillo al dedo. Porque era puro nervio. Él no entendía cómo lo hacían los demás en el colegio para estar sentados y calladitos. Cuando él lo intentaba, se le disparaba la cabeza. Y la sensación de tener el cerebro a mil por hora era peor que los golpes. Por eso, Cola había aprendido que la única forma de conseguir algo de paz era haciendo la guerra. Y eso, en un barrio como el suyo, donde imperaba la ley del más fuerte, no estaba mal del todo.» Carabanchel Bajo. Finales de los setenta y principios de los ochenta. Un paisaje en construcción. Un entorno hostil. Niños que juegan en la calle entre escombros y jeringuillas. Adolescentes canallas. Picardía y delincuencia. Malas decisiones. Y un chaval llamado Cola, que encuentra en el boxeo la forma de saciar su sed de peligro. Una novela conmovedora y apasionante que no podrás dejar de leer.
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Cuando Jero García decidió no volver a subir a un ring como boxeador, sabía que su vida tenía que seguir ligada a la lona, a los guantes y a las dieciséis cuerdas. Su amor por el noble arte del boxeo y su enormevoluntad de ayudar y enseñar a los chicos de su barrio le llevaron a abrir su primer gimnasio y a empezarsu nueva familia, con sus nuevos alumnos, sus nuevoshermanos. Esta es una historia de superación, la de un luchador carabanchelero que supo reorientar su vidagracias al boxeo, su faro en la niebla, y la de unosjóvenes a los que la vida ha golpeado y les ha encontrado con el pie cambiado. Una historia de emoción ycoraje, con risas y lágrimas, con noches inolvidablesde logros deportivos y cinturones colgados, con crochets traicioneros directos al orgullo y con un certero knockout, el de Paula, el del amor. Una lectura ejemplar que apuesta por los valores del deporte como integrador social: trabajar como siempre para soñar como nunca. Porque ya lo dice Jero: no es más fuerte elque no cae, sino el que antes se levanta. «Más allá del sentido del humor y de la enorme curiosidad vitalpor la que es tan versátil en sus vocaciones, Jero posee algo que lo hace hombre. El sentido del compromiso. El hacerse cargo de los demás. El cumplir con quienes le cumplen.»
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