Encara no hi ha cap producte a la teva cistella
Este libro es un manual práctico para aprender a afrontar las situaciones difíciles que, mal gestionadas, generan enfermedades anímicas y psicosomáticas. El Dr. Strehlow ha conseguido que tenga realmente un enfoque práctico para que cada persona pueda utilizarlo para conocerse mejor y así encontrar las raíces profundas de sus males y trastornos. Santa Hildegarda nos muestra que al mal sólo se le vence con el bien, que detrás de un vicio se esconde una virtud y al final resulta que, gracias al sufrimiento, logramos madurar y llegar a ser capaces con la ayuda de estas fuerzas positivas de sanar de nuestras dolencias e incluso ayudar a los demás. Gracias a la santa podemos comprender que la mayor parte de nuestras dolencias tienen causas anímicas que, una vez sanadas, permiten que las fuerzas curativas de nuestra alma se liberen y actúen proporcionándonos armonía y salud.
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En todo el mundo hay millones de personas que tienen cáncer. Hoy sabemos que la mala alimentación y factores psicosociales erróneos están destrozando nuestro sistema inmunitario. Santa Hildegarda de Bingen recibió del Espíritu Santo visiones hace más de 850 años, en las que se mostraban las causas y el desarrollo de la enfermedad del cáncer. Allí describe detalladamente las señales precoces indicadoras, que ella llama «fase de precancerosis», que puede desembocar en el salto al cáncer y el posterior desarrollo maligno de la enfermedad. Santa Hildegarda enumera 5 síntomas que se presentan antes del cáncer. Santa Hildegarda describió, por primera vez, que en las células cancerígenas hay «pediculi», pequeños microorganismos que viven en las células, y que a su paso a la corriente sanguínea a través del estómago y los intestinos forman unos «gracillimi vermiculi» (gusanos pequeñísimos) agresivos y malignos que al pasar a la sangre o la linfa pueden originar metástasis. En ese libro está resumido todo lo que Santa Hildegarda había escrito sobre la precancerosis y las enfermedades tumorales, y su forma de afrontarlas.
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La llaman la “tristeza del siglo” y ya Santa Hildegarda de Bingen, en el siglo XII, habló de la depresión y cómo curarla. En su libro de los Méritos de la Vida nos introduce en la experiencia de las visiones que tuvo sobre el estado de nuestras almas. Santa Hildegarda escenifica un espectáculo sobre nuestros pensamientos, decisiones, argumentos y sentimientos cotidianos que se representan como personajes, y entran en escena como “virtudes” y “vicios”. Santa Hildegarda trata el problema existencial de las personas que no conocen la alegría celeste, caen en el pesimismo y todo lo ven de color negro. Santa Hildegarda señala que el poder de curación no puede venir más que del cielo, de la alegría beatífica que necesitamos recuperar, así como de los remedios revelados a esta santa alemana que es doctora de la Iglesia, y que neutralizan el origen del mal, es decir la atrabilis (o bilis negra), y de este modo se puede hacer que prevalezca la alegría de vivir.
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