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Olier, Eduardo
El 29 de noviembre de 1947, la recién nacida onu decidió dividir Palestina en dos territorios, ofreciendo un hogar a los judíos dispersos por Europa tras el Holocausto nazi. Poco después, el 14 de mayo de 1948, nacía el Estado de Israel. La reacción de los países árabes vecinos fue inmediata: no aceptaron su creación. Desde entonces, el conflicto ha sido constante, guerras y resoluciones de la onu sistemáticamente incumplidas, mientras la creación de un Estado palestino sigue siendo un desafío de difícil resolución. Hoy, Israel es un Estado poderoso, con un desarrollo tecnológico y militar considerable. A través de diversos conflictos, ha tomado control de casi toda Palestina, incluidos los Altos del Golán, gran parte de Cisjordania y una significativa parte de Jerusalén, quedando fuera solo la Franja de Gaza. El terrorismo continúa moldeando la situación, mientras el pueblo palestino, atrapado entre fuerzas opuestas, espera una solución que parece no llegar nunca. En Israel. Historia de una guerra permanente, Eduardo Olier nos presenta una visión detallada y fundamentada de este conflicto, respaldada por testimonios de protagonistas históricos que ayudan a comprender los eventos pasados y los posibles escenarios futuros. ¿Por qué parece imposible alcanzar una paz duradera? ¿Qué intereses geopolíticos perpetúan este estado de conflicto continuo? El mundo actual se presenta dividido en dos bloques: Oriente y Occidente en lucha constante, mientras el sur global toma partido. Y una vez más, el futuro del mundo parece depender del destino de Palestina, con la guerra en la Franja de Gaza como epicentro de un entramado cada vez más complejo.
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Olier, Eduardo
Occidente, o mejor, la cultura occidental, encontró su fundamento en la expansión europea gracias a la cultura cristiana, de manera que el concepto de Occidente resulta inseparable de su sustrato cristiano. Sin embargo, el desprecio de sus raíces culturales se ha convertido en el primer motor de un proceso de decadencia de incierto final. Una deconstrucción que marcha a enorme velocidad desde que Estados Unidos se erige como la potencia globalista que se impone en Occidente, toda vez que la Unión Soviética, por su propia idiosincrasia, se destruyó a sí misma. El dominio estadounidense en el mundo, que se ha venido asentando progresivamente desde el siglo XX, ha traído nuevas formas culturales y ajenas al cristianismo. Se trata de la supremacía hegemónica en forma de Nuevo Orden Mundial que se extiende por Occidente gracias al poder financiero y tecnológico de carácter global. Pero no todo es Estados Unidos. China aguardaba su hora, sin ruido y sin pausa. En pocos años ha surgido como el oponente que nadie esperaba, al que se han sumado multitud de países no alineados. En este escenario, sin valores sustantivos que defender, ajenos a la cultura judeocristiana que la sostenía, el camino de la decadencia de Occidente es fácilmente perceptible, mostrando signos evidentes de la debacle que Eduardo Olier muestra en este ensayo, donde la geoeconomía y la estrategia de las guerras provocadas y controladas estratégicamente harán el resto. En un futuro próximo, las cenizas del imperio occidental serán recogidas por sus oponentes y veremos resurgir al unísono la civilización islámica, la ortodoxa, la hindú y, por supuesto la oriental, representada indefectiblemente por China.
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